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Siempre creí en la Justicia: “¡¡Me han absuelto!”


Un 24 de abril de 1997 comenzaba una pesadilla para mí de la que muchos se han estado burlando y aprovechando durante veinte años. A nadie en este mundo le deseo que atraviese una desgracia como la que yo viví, y por la que además, fui castigado. Y ha sido un 27 de abril, pero de 2017, cuando la Justicia ha puesto orden que a ver cómo ahora algunos enderezan tras los comentarios y afirmaciones que han venido realizando contra mi persona durante dos décadas. He tenido que soportar a políticos, ex políticos, pelotas, miserables, malparidos, canallas y prostitutos de la prensa llamarme “delincuente” cuando lo único que he hecho a lo largo de mi vida ha sido trabajar dignamente y ayudar en la medida de mis posibilidades a todo el mundo. Por eso, o quizás por haber sido así, no disfruté desde hace muchos años de buenos coches, de buenos chalets, ni he presumido de nada más allá de una vida normal, acorde con mi humildad. Pero desde aquel mes de abril de 1997, para muchos con quienes ni me he cruzado palabra en toda mi vida, he sido un “delincuente”. Es la parte negra del ser humano, a quien le gusta hacer daño por hacerlo.


A lo largo de estos veinte años, a muchas lenguas viperinas que se cebaron conmigo los he visto morir, enfermar, accidentar, y ver arruinadas sus vidas. Soy creyente, y como tal, creo que alguien castiga a los malos desde el cielo o desde el más allá. Y hoy, cuando he tenido en mis manos la sentencia absolutoria donde una fiscal analfabeta pedía contra mi persona tres años y pico de prisión, he dado Gracias a Dios. También cuando los cuatro años de cárcel que pedía un abogado canalla, malo donde los haya, liante como muchos en esa profesión, se quedaban en una absolución, he dado Gracias a Dios.


Muchos de Ustedes, muchos de vosotros, habéis visto cómo un Diario Información, ése que vive de los anuncios de putas y chaperos, me ha dedicado este 2017 dos páginas cebándose contra mí, haciendo sangre, desollándome, y humillándome sin esperar a tener la sentencia en su mano. Para ellos, yo he sido culpable siempre…..pero hoy a alguno de sus jefes les va a costar tener que aceptar que ahora tienen que dedicarme el mismo espacio contando lo que dice la sentencia: “.


Ahí está la sentencia.Y si no lo hacen, tengo todo el tiempo del mundo en esperar que la Justicia me dé razón en la millonaria querella criminal que interpondré contra ese medio donde son capaces de acuchillar sin motivo. En enero y a primeros de este mes, cuando me dedicaron esas dos páginas, me dio pena los dos trabajadores que, cumpliendo órdenes, me “acuchillaron” con la pluma y la cámara de fotos. Hablo de la redactora y el fotógrafo del medio, dos pobres desgraciados que con trabajos como esos se han cubierto de mierda para el resto de sus días.


A partir de ahora, como ya dije en mi editorial en www.noticiastoday.es el pasado 4 de abril, ha llegado mi turno. Tengo tiempo, tengo salud Gracias a Dios, y tengo ganas de ir colocando a cada uno en su sitio como siempre ha sido mi estilo y forma de actuar, con sosiego, con respeto y sin vehemencia, siempre con la verdad en la mano. No voy a permitir ni una sola humillación más de nadie, ni de los mendigos prostitutos de algunos medios, ni del mismísimo Rey. Al buen entendedor con pocas palabras basta.


Quiero agradecer al Ilustrísimo Magistrado-Juez del Juzgado de lo Penal número 3 de Benidorm, Don Joan Vives Zaragoza, la remarcable sentencia que ha firmado y emitido. Y no lo digo porque me haya beneficiado a mí, no. Lo digo porque ha hecho justicia, que para eso están los jueces, aunque como dije antes, no puedo opinar igual de la Fiscal.


Y llegado a este momento, tras veinte años de sufrimiento que algunos han querido convertir en eterno, sería imperdonable por mi parte no agradecer el apoyo de mi familia, amigos, conocidos y algunos políticos, que, sabiendo como soy, sabían que al final se haría justicia. Especialmente quiero hacer constar el apoyo que siempre tuve de cinco personas relacionadas con medios de comunicación que tuve a mi lado, y en mayor o menor medida, lo agradecí y quiero volver a agradecerlo. Hablo de María José Ortiz Zaragoza, de Manolo Saz Planelles, de Rafael Lago, de Lorenzo Álvarez y de Juan Cortés, quien hoy desde el cielo habrá recibido una alegría como yo.


Siempre fui una persona abierta a todo el mundo y me entregué en beneficio y ayuda de todo el mundo, y si alguien tiene alguna duda, conocer la historia real de la pesadilla que he sufrido durante veinte años, o cualquier otro detalle, que nadie dude en acercarse y preguntar. Igual tras tomarse un café conmigo se dan cuenta que Pepe Martín no es como algunos han querido pintar en dos décadas. ¿Por qué será?. Ya lo irán descubriendo Ustedes. Muchas gracias a todos.


Pepe Martín.


En Benidorm a veintisiete de abril de dos mil diecisiete.


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